La mayoría de las veces estamos en desacuerdo con las decisiones de las personas, con el ambiente, si hace sol, si llueve, si está alguien o hace falta.
El desenlace de esta historia, mi historia, no es más que el resultado de una larga lista de malas decisiones; que yo como ser humano estoy en mi derecho de hacer y yo como Ser, como Creatura de Dios, estoy en mi deber de reconocer. Después de "disfrutar" sin desenfreno mi vida, a mis 26 años di a luz a una hermosa bebé y gracias a la cesárea me diagnostican a tiempo una metástasis en el ovario, producto del cáncer de estómago.
La etapa más difícil a sido superada, gracias a Dios, que me dio la oportunidad de reconocer mis errores y corrió en mi ayuda. Cuando le pedí que diera un mano, mandó a un batallón de personas a socorrer a mi familia; y para asegurarse de que yo estuviera aprendiendo de mi error, envió una prueba tan dura, como la misma enfermedad.
Un gran número de amistades y conocidos se unieron para recoger fondos y ayudarnos con los gastos de la operación (que aunque no tengo fecha todavía). Pusieron manos a la obra y organizaron una venta de comidas, dulces, asistencia de varios cantantes en vivo y entretenimientos. Uno de mis grandes temores, es que alguien de mi familia salga lastimado y un par de días antes, mi papá tuvo un serio accidente (aunque no grave) donde una vez más Dios metió su mano; para demostrar que en la unión todo se puede. Con una operación de emergencia salió con una pierna y un brazo inmovilizado y bastante reposo.
Después de ese enorme susto, nos tocó continuar la faena, estábamos a tan solo horas de la vendimia y a veces no tenemos más alternativas, Te hechas a llorar o respiras profundo y continúas con valentía. Así lo hice, respire profundo y a continuar.
¿Cuál fue el resultado de todo?
Por ahora me despido. Ya les contaré como estuvo todo, pues estoy esperando mi turno para el quirófano.
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